jueves, 9 de diciembre de 2010

La chica que soñaba con...

Alicia se puso los vaqueros, su camiseta favorita (roja con un dibujo de un conejito), el abrigo y se calzó sus botas. Con los auriculares puestos, se esperó a llegar al portal para darle al play ("Heroes" de David Bowie). Salió a la calle.


"Vaya, y yo sin paragüas" se dijo; pero continuó la marcha sin darle mayor importancia.


No tenía claro por qué había salido de casa un día tan frío como ese. Sentía que tenía que hacerlo pero era incapaz de razonar la respuesta. Siguió caminando y vió que se estaba aproximando a un charco enorme. Esbozó una leve sonrisa y se dirigió a él con paso firme y convicción. Cuando sólo la separaba un paso de aquella pequeña laguna de lluvia, saltó sobre ella y salpicó a todo (y todos) lo que había a su alrededor ("Girls just wanna have fun" de Cindi Lauper). Tras verse empapada por su acto, emitió una leve risita y continuó su marcha con una sonrisa perenne.


Iba mirándolo todo a su alrededor, intentando analizarlo todo o por el mero hecho de observar. Se cruzó con un niño que estaba casi literalmente pegado a un escaparate de una tienda de juguetes mirando con asombro y emoción mientras su madre tiraba de él. "Mami! Es ese!! Lo quiero!" gritaba emocionado ("Toy Soldiers" de Martika). Alicia sintió envidia del juguete. Nunca se había sentido tan importante ni deseable para nadie, pero ni con ese repentino pensamiento se le borró la sonrisa del rostro.


Comenzaba a llover realmente fuerte y, pese a que a Alicia eso no le incomodaba, pensó que sería buena idea entrar en alguna cafetería a tomarse un café caliente.
Encontró una cafetería pequeñita y entró. Se sentó en una pequeña mesa al lado de un ventanal que daba a la avenida iluminada, pausó la música, pidió un café y volvió a darle al play ("Streets of Philadelphia" de Bruce Springsteen). Estuvo removiendo el café mirando por el ventanal un buen rato, cuando se fijó que en la mesa de al lado había una pareja sentados uno enfrente al otro. Ella sonreía tímidamente y bajaba la mirada. A él también se le notaba nervioso pero era capaz de mantenerle la mirada. Pocos minutos después, él se levantó y movió su silla para sentarse al lado de la chica. Se dieron un tierno beso y se cogieron de la mano. Alicia observó que él llevaba alianza pero ella no ("No one knows" de Queens of the stone age). Alicia sonrió, se terminó el café y se marchó dejando el euro con treina céntimos sobre la mesa.


El breve receso del café no había dado descanso a la lluvia, que seguía cayendo sin cesar, provocando un atasco de paragüas de todos los colores y dibujos. Alicia los iba sorteando como podía, no siempre con éxito puesto que estaba tan absorta viendo la nube colorida de paragüas que tenía a su alrededor que no podía esquivarlos todos ("Street spirit" de Radiohead). Los paragüas se movían, se chocaban y se entrelazaban entre ellos. Uno de ellos se acercaba rápidamente ("su dueño debe tener mucha prisa" pensó) y, al pasar por su lado Alicia tuvo que apartarse y quedó apoyada sobre el escaparate de un edificio. "Jolin, casi me tira al suelo! Encima era el paragüas más feo de todos...".
Alicia se giró y observó el escaparate sobre el que se había apoyado para no caer al suelo. Había unos cuantos cd's y vinilos dispuestos de manera muy elegante. Dió dos pasos hacia delante y abrió la puerta de la tienda. Una vez dentro se llevó las manos al pelo, pensando que tendría que escurrírselo por la lluvia, pero para su asombro no estaba demasiado mojado ya que desde la cafetería se había ido protegiendo por el falso techo de paragüas que flotaba por toda la calle.


Estuvo un buen rato mirando la enorme selección de discos que había en la tienda. "Uf, me los compraría todos!". Tenía ya unos cuantos en la mano y los observaba una y otra vez sin decidirse ("I want it all" de Queen). Se sentía como aquel niño emocionado viendo el juguete que quería. Para Alicia, esta era su juguetería particular.


Se acercó a la sección de rock clásico y se entretuvo un buen rato. De repente vio un vinilo y fue a cogerlo con ansia. Llevaba buscando ese disco desde hacía mucho tiempo. Notó como otra mano agarraba el mismo disco. Levantó la mirada y vió un chico más o menos de su misma edad, igual de mojado por la lluvia que ella ("Who are you" de The Who). Se quedaron mirando unos segundos y sonrieron. Alicia soltó el disco y pausó el mp3.


- Perdona, quédatelo tú... -le dijo al chico-.
- ¿Y si lo compartimos?


Alicia le miró asombrada.


-¿Compartirlo? ¿Cómo?
-Fácil. Una semana lo tendré yo en mi casa y otra lo tendrás tú en la tuya.
-¿Y cómo decidimos quién se lo queda esta semana?
- Lo podemos discutir tomando un café ahora...
- Está bien, pero también habrá que discutir quién invita a quién!
- Jaja, por eso no te preocupes. Por lo que veo, tú tampoco llevas paragüas...
- No tengo ninguno...
- Entonces nos tocará correr hasta la cafetería.
- Sin problema. Me he auto proclamado campeona olímpica de esquivar paragüas! ¿Nos vamos?


Ambos pagaron a medias el vinilo y salieron a la calle.


A la mañana siguiente Alicia se despertó en su cama con una extraña y reconfortante sensación de felicidad. Al otro lado de la cama estaba el vinilo y un paragüas con una nota encima que rezaba: "Ahora ya no te mojarás más". Sonriente, se levantó y puso el vinilo en el tocadiscos. Se quedó mirando por la ventana mientras sonaba el "Wish you where here". Ya no llovía.